23 enero 2008

No me gusto.

Definitivamente no me gusto el comienzo del 2008, y es complicado, que llevando recién, 23 días del año, ya no me guste.
No me gusto porque estoy traumado con el cambio de casa, aun no se cuando, ni donde, pero va a suceder muy pronto, y creanme, es de terror, a pesar que debiera traernos mucha alegría, es realmente muy difícil afrontar algo así.
No me gusto porque mi celular querido se murio, y no tiene arreglo, ni el servicio tecnico autorizado.
No me gusto, porque la soledad se hace intensa cuando hay decisiones que tomar, y mas aun, cuando estas decisiones incluyen a todo tu entorno.
No me gusto, porque mi tarjeta BIP, dejo de marcar, teniendo saldo a favor, solo se murió, y me dieron otra, con el saldo por confirmar dentro de los próximos cinco días hábiles desde hoy…
No me gusto porque no he bajado ni un kilo de peso, a pesar que me modero a la hora del tenedor y del shop, no pasa nada.
No me gusto, porque al compartir mi estudio, no he tenido los suficientes momentos de concentración.
No me gusto porque una amiga que quiero mucho, fue muy ruda conmigo, y me vendió bien barato. Y no termino allí, creo que es lo que hacia falta para tapar otros problemas en los que yo no tengo nada que ver.
Permítanme señores penquistas ser su bálsamo reparador, ser su excusa barata, y luego volver a ser su amigo. Sigan equivocando el rumbo, ahí estaremos varios mañosos para ayudarlos, sigan ignorando lo evidente, pues nosotros, los conflictivos le diremos que hacer.
Cual es el precio a pagar por decir la verdad, la pulenta, la cruda?. La soledad acaso?
No me importa, conozco un oso que vive cerca de un río, y es mucho mejor compañía que su ejercito de aduladores.
Trato de decir la verdad, pero creanme que me desgasta, por cierto, si no fuera así, no seria yo.
Un amigo me dijo ayer:
TENEMOS LA OPORTUNIDAD DE DECIRNOS TODA LA VERDAD
A mi me gustaría decir toda la verdad, y escuchar verdades de los demás, pero nadie lo hace, nadie dice la verdad, la maquillan, la disfrazan, la compran, la venden; la mayoría la esconde, y solo dicen lo conveniente, lo usual, lo tradicional, lo romo, lo inocuo.
No me interesa, diré la verdad, incluso en el destierro, y eso le enseñare a mis hijos, a decir la verdad, no a mentirle y a engrupir, y ensalzar al ejecutivo de turno.
La "v e r d a d", inténtenlo, los espero en mi cabaña para huevones sinceros, aislados por los chupa pico del circo de la conveniencia.

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